Roberto Gallegos detrás de Mátika

Roberto Gallegos detrás de Mátika

Definitivamente el desarrollo de las nuevas tecnologías aplicadas al arte hoy en día está generando nuevos lenguajes artísticos. La utilización de las New Media Art incita a nuevos procesos de creación artística e impulsa alternativas narrativas que provocan nuevas posibilidades de expresión y comunicación.

En Tijuana circula una revista tapatía que se autodefine precisamente como un producto de las New Media Art. Mátika es una revista interactiva que consiste en un armado de 24 dobleces estilo hipertexto que nos lleva a una lectura no lineal dando al lector la libertad de explorar la información desde cualquier acceso.

El diseño editorial es atractivo, rebelde, transgrede la secuencia narrativa en complicidad con sus lectores quienes ya inmersos en esa dinámica navegan por la revista hasta abrir las 24 “ventanas” ilustradas con un cartel al reverso. Temas como “Apropiación de las Ciudades”, “Raíces Mexicanarte”, “Cultura Popular-Reepop Art” han sido tratados en Mátika por especialistas en la materia.

Detrás de la revista hay un grupo de jóvenes profesionistas quienes a la fecha han logrado el nacimiento de 6 ediciones colaborando con su talento desde ciudades como Guadalajara, Los Ángeles y Canadá conformando así el Laboratorio Mátika.

Con un tiraje de 3000 ejemplares distribuidos en distintos estados de México, Mátika también planea incursionar en el mercado europeo gracias a colaboradores que residen en el viejo continente quienes pretenden colocar la revista en España y Alemania.

Recientemente tuvimos la oportunidad de conocer a uno de los fundadores de Mátika, el mercadologo Roberto Gallegos, quien de visita en Tijuana nos platicó más sobre este novedoso concepto editorial.

 ¿Cómo nace Mátika?

«Originalmente se pensó para ser una revista de música electrónica y la iban a iniciar dos de mis actuales socios, Kenji Rodríguez Tanamachi y Carlos Luna James; ellos trataron de hacer esta revista que fuera desdoblable; yo en ese momento estaba haciendo un estudio de mercado acerca de cómo se comercializan las revistas para niños y por medio de amistades en conjunto, de diseño, recibo la invitación de Kenji y juntos hacemos un equipo y así empezamos a desarrollarla. Primero iba a ser una revista para promover la música electrónica en Guadalajara y poco a poco fue evolucionando hasta lo que hoy conocemos como Mátika. En su momento nació con el nombre de Latitud, pero cuando quisimos registrarla el nombre ya estaba tomado”.

 

¿Qué significa Mátika?

«Tomando en cuenta que Mátika es una revista que promueve las artes de las nuevas medias, quisimos tomar una palabra que fuera creada por nosotros, entonces empezamos a adecuar las palabras: madre, mater, informática; y así quedó Mátika, como una palabra compuesta, que hoy en día la hemos tratado de promover como un verbo que significa utilizar la tecnología para hacer nuevas reinterpretaciones de lo que ya es a partir de su uso, por ejemplo utilizamos matikeaste esa foto, que quiere decir ‘escanear la foto. Mátika representa el uso de las nuevas tecnologías aplicadas a la producción artística”.

 

¿Cómo es el proceso creativo de la revista?

«Mátika empezó como un gran capricho de nosotros, no nos fijamos mucho en cuales eran las reglas establecidas, desde el formato hasta cómo debía de haber estado estructurada la revista, entonces fue un viaje para nosotros, fue el estar descubriendo qué podíamos aplicar, qué podíamos meter y cometimos el error en un principio de saturarla de información, cada cuadro tenía una información y hasta la número siete fue que decidimos utilizar todo el espacio. El proceso creativo ha funcionado distinto, en los inicios primero nos juntábamos, proponíamos un tema, invitábamos a un colaborador quien nos entregaba el cartel y la portada y eso nos guiaba a crear el contenido con temas como música, tecnología, ciencia, sociedad. Después nos dimos cuenta poco a poco que no teníamos que hablar de todo porque era una revista que por el tamaño no podíamos abarcar muchos temas, fue así que nació la idea de combinar la página web con la revista”.

 ¿Por qué romper con el formato lineal y tradicional de una revista?

«Eso está fundamentado en la tesis de mi socio Carlos Luna. La lectura tradicional es de izquierda a derecha, pero con el uso de las nuevas tecnologías, cuando tú vas abriendo ventanas tu espectro visual es diferente, vas de hipervínculo en hipervínculo y tu información visual se vuelve más grande, ahora todos los anuncios son visuales y a veces tienen textos de arriba hacia abajo o de izquierda a derecha, entonces creímos que ya no es necesario leer hojeando una revista, queremos que la gente interactúe con ella. Como experimento sabíamos que podíamos fracasar rotundamente u ocasionar algo en los lectores. También parte del formato tiene que ver con costos. Yo sabía que las revistas independientes eran muy difíciles de que se sustentaran, entonces este formato nos permitía producirla con un costo de operación real para lo que estábamos buscando en ese momento y también sabíamos que si esto tenía éxito iba a haber otras personas que iban a empezar a hacer lo mismo. El doblez fue pensado también para ser un poco fieles a estas nuevas corrientes que estamos viendo de poder leer de diferentes maneras”.

 

 ¿Quiénes colaboran con Mátika?

«En un principio iniciamos con colaboraciones de amigos, entonces no había una estructura editorial muy sólida, pero siempre nos rescató muchísimo el aspecto gráfico. Por ejemplo en nuestra primera edición tuvimos la participación de Jorge Alderete, quien es un diseñador muy reconocido a nivel nacional, y él fue digamos la ventana para que Gabriel Martínez Meave, Zoveck, Cesar Moreno, Acamonchi y una infinidad de laboratorios de diseño hayan accedido a colaborar hasta la fecha”.

Sabemos que la revista la integran mercadologos, escritores, diseñadores gráficos, etcétera. ¿Cómo ha sido la comunión entre todos ustedes?
“Llevo cinco años trabajando con Kenji y Carlos, y no trabajaría con otras personas mas que con ellos. Las personas que han entrado y salido de la revista han sido personas que le han aportado mucho en su momento. Nos llevamos bien con todos, ha sido un proyecto muy bonito, obviamente hemos tenido broncas por cuestiones creativas sobretodo, nos cuestionamos si le seguimos o no por el poco tiempo o por nuestros respectivos trabajos, pero la verdad cada minuto ha valido la pena. Nos acaban de invitar a Colombia a participar en un festival de arte independiente y estamos consiguiendo fondos para ir. Esto la verdad nos ha puesto muy contentos”.
¿Qué criterios utilizan para aceptar nuevos colaboradores?
“Ahorita estamos siendo un poquito más exigentes. Pueden colaborar personas especializadas en el tema específico que queremos tocar y que hayan publicado anteriormente”.

 ¿Para qué público está creada la revista?

«Esa es una muy buena pregunta en el sentido de que siempre hemos tenido curiosidad de saber quién es la persona realmente que nos lee. Definitivamente los que más nos leen son chavos de 18 a 25 años, en parte por el formato y las letras tan pequeñas, pero estamos queriendo mejorar eso y nos gustaría que, más que segmentarla por edades, fuéramos leídos por personas que estén interesadas en las artes de las nuevas medias, personas que quieran saber cuáles son las nuevas tendencias, corrientes o herramientas para crear arte a partir del uso de la tecnología”.

Toda revista independiente nace de un romanticismo entre los creadores y su producto que se diluye con el paso del tiempo. ¿De qué manera se mantienen motivados para que el proyecto no desaparezca?
«Te vas a sorprender pero desde que Mátika nace ya muere. Nosotros tenemos pensado sacar 13 ediciones nada más, porque hay 13 ciclos lunares en el año y 13 es un número místico, es donde se acaba un ciclo. Creemos que tiene que acabar en 13 ediciones porque las siguientes ediciones que restan están pensadas para que acabe en lo más básico de lo básico. Digamos que queremos cerrar un ciclo bien. Como dice Vasili Kandinski el arte es hija de nuestros sentimientos y es un reflejo de nuestro tiempo, entonces queremos que Mátika sea eso. Después de estas 13 ediciones queremos publicar un libro, queremos empezar a sacar ediciones especiales experimentando con distintos formatos (…) Para serte sincero, nosotros hemos crecido junto a la revista, ha sido un reflejo de lo que nosotros hemos sido desde el inicio hasta hoy. Lo que me gusta es que desde el inicio lo hicimos sin ambición con ella y así vamos a seguir porque es lo que nos mantiene vivos en muchos sentidos. Mátika es un hogar donde puedes entregarte, donde puedes ser creativo y eso yo creo que se ve reflejado en la revista”.
¿Qué le vienen aportar las New Media Art a la sociedad posmoderna?
«La tecnología nos ha hecho a todos potencialmente creativos y estar más cercanos a nuestro lado artístico. Como dice mi maestro Jaime Lubín, el arte es el medio por el cual conocemos lo que aún no sabemos, entonces está habiendo una comunión muy interesante entre la ciencia, la tecnología y el arte, misma situación que se dio en una época histórica muy bella en la humanidad que fue el Renacimiento. Creo que la aportación de las nuevas medias es retornar un poco al yo. Que sirva la tecnología y el arte como un insite dentro de nosotros para que surjan miles de cosas, que probablemente nos va a llevar un poco más adelante a la evolución de espiral que es como veo yo a la humanidad”

¿Para crear arte digital se requiere de un buen artista o de un buen programador de computadoras?

Lo único que ha cambiado a lo largo de la historia del arte ha sido la tecnología, pero la necesidad de plasmar, de sacar algo, siempre ha sido la misma, creo yo desde el principio de la historia hasta ahora. Si antes tenías sangre, utilizabas sangre, sí había conchas en el mar, utilizabas conchas, si había óleo usabas óleo, si había acrílico lo usabas (…) Respondiendo a tu pregunta, no se necesita de un buen programador, simplemente son las herramientas con las que cuentas. Así como hay un buen pintor que sabe utilizar perfectamente los pinceles, los colores, las mezclas en óleo o en acrílico, hay personas que saben utilizar muy bien el mouse o el Photoshop (…) Definitivamente ya no hay vuelta atrás, nadie puede ser el mismo después de haber experimentado el arte digital”

 

La revista Mátika se distribuye en Tijuana en La Casa de la 9. Para conocer más de esta revista no dejen de visitar su portal www.matikarevista.com