Foto Kiosco 33/Oscar Herrera

Foto Kiosco 33/Oscar Herrera

Seguramente inolvidable será la noche que vivió la escritora Julieta González Irigoyen, en la presentación de su más reciente obra literaria titulada “Pregúntale al Olvido” , junto a familiares, amigos y público en general, quienes abarrotaron la Librería El Día el pasado viernes 16 de enero.

Fueron precisamente sus amigos, Alma Delia Abrego, Carmen Campuzano, Adolfo Morales y Oscar Contreras, quienes se encargaron de presentar el libro editado por el Instituto de Cultura de Baja California (ICBC) y la Editorial “Aretes y Pulseras”.

 

“Es una novela que nos mueve a reflexionar sobre el poder de la memoria en la lucha que libramos, día con día, por ser fieles a nuestra más pura esencia”; se lee en el prólogo de Elba Cortez Villapudua.

 

Foto Kiosco33/Oscar Herrera.

Foto Kiosco33/Oscar Herrera.

Para Alma Delia Abrego, la obra “es un generoso regalo de hechos propios y de extraños que la autora regala como parte de una biografía anticipada. Nada es lineal, lo cual es un obsequio a la imaginación, y tensa la lectura entre un capítulo y otro”. La también promotora cultural destacó que en “Pregúntale al Olvido” la autora “hace que el lenguaje se convierta en un personaje caprichoso, con agenda propia, que a lo largo de la novela se revela como el protagonista”.

Por su parte Oscar Contreras comentó que en esta novela “el texto se mueve en una especie de realismo poético”. El sociólogo se encargó también de resaltar las cualidades de la autora como narradora.

La escritora también de “Límite de Sombras” (1989) y “La sangre callada” (1994) se mostró agradecida ante la nutrida asistencia la cual pudo también disfrutar de la actuación del grupo musical “La Ballena de Jonás” al final de la presentación del libro.

Kiosco 33 charló con la escritora chihuahuense sobre su última novela, su quehacer periodístico y otras reflexiones.

Aquí presentamos parte de la entrevista.

 

Julieta, platíquenos un poco sobre “Pregúntale al Olvido”

 

“Como toda novela es un recorrido existencial, es una revisión, en este caso de un espacio en donde supuestamente preside todo el olvido, y sucede que en ese ámbito oscuro y misterioso, no existe realmente el olvido; se acumulan recuerdos y poco a poco van surgiendo, pero todo debido a la magia de la memoria. Sin memoria los escritores no podríamos hacer nada”.

Decía Pablo Neruda, “es tan corto el amor y tan largo el olvido”.

“Sí, precisamente lo largo tenía que ver con lo difícil que es olvidar, y además no es cierto que olvidas. No se olvida nunca. Es una enorme mentira que uno olvida”.

¿Dónde se exilia entonces el olvido?

“El olvido se exilia en cualquier rincón, es como un tiliche cualquiera, pero luego aparece, te brinca cuando menos piensas, entonces estás ahí recordando todo, y de pronto todos aquellos fantasmas refugiados, acumulados, (objetos inclusive), empiezan a hablar, y discurren contigo”.

Foto Kiosco 33/Oscar Herrera.
Foto Kiosco 33/Oscar Herrera.

La he escuchado citar mucho a la filósofa María Zambrano. Decía Zambrano que la poesía es respuesta y la filosofía es pregunta. ¿Qué influencia ha tenido en su obra?

“Es una maravilla esa definición. (María Zambrano) en mi es como un espejo. Puedo parecer una persona un tanto petulante al decir esto, al espejearme con ella, pero en función de su sufrimiento y en función de muchas cosas en común (pese a que ella podría haber sido mi madre en cuanto a la edad), ella fue también de una sola hermana, y ellas padecieron el exilio de la guerra en España, aquella guerra fraticida (…) Ella decía que el exilio era un desnacer; cuando estaba yo revisando su obra, esa palabra desnacer hizo en mi traer como de golpe, todo aquel panorama que estaba como esperando en una especie de fotografía en un álbum que guardas y que de repente lo vuelves a abrir, y ahí está todo, está ese renacer después de un desnacer , de que ya no existes como ser humano. Cuando estás en el exilio, eres nadie; entonces tienes que volverte a construir, esa es la función de la reconstrucción, cuando empiezas a recobrar cosas que creías haber olvidado”.

Muchos escritores han encontrado la Literatura por medio del Periodismo. ¿Qué marca el derrotero hacía la Literatura?

“Yo el periodismo lo he visto siempre (para mi verdadera desgracia y fracaso más noble) como un vehículo de transformación de la sociedad y resulta que ahora es un vehículo (y lo digo con todas sus letras) de calumnia, infamia, envilecimiento y enaltecimiento de la delincuencia. A mi me acusaban en algún momento porque yo reclamaba el por qué les daban las primeras páginas a los delincuentes (como se las siguen dando) y me decían, ‘¿quiere usted que censuremos?’ y les digo no, está una página policíaca para eso; nosotros como sociedad producimos mucho más noticia que eso. No puede ser que en una ciudad como Tijuana, con la riqueza humana que hay, no haya notas diversas, raras, especiales, enaltecedoras o no, discutibles o no, pero distintas, diversas sobre todo, y esa era mi posición. Yo tomé la ruta como articulista, en principio como disidente, retobona, contreras, etcétera”.

Foto Kiosco33/Oscar Herrera.
Foto Kiosco33/Oscar Herrera.

¿Qué le resulta más placentero, convocar a una presentación de un libro o un mitin político?

“Pues fíjate que a veces es lo mismo, y ojalá que siempre sea lo mismo. Tu aprendes de todo. Una presentación de un libro es una especie de descaro, ¡miren, vean!, para que te tiren tomates igual que un mitin. En un mitin te arriesgas a todo. Es un riesgo; las dos cosas.”

 ¿La política quedó en el olvido?

“No, para nada. Me voy a morir peleando (…)